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Mates de calabaza

Mate de calabaza

El Museo de Artes Decorativas posee 11 mates confeccionados con calabaza, casi todos con incrustaciones de plata, las que les daban mayor resistencia y suntuosidad.

Las calabazas fueron usadas por diferentes culturas precolombinas como recipientes, botellas, fuentes, platos, bateas, tinajas o damajuanas para conservar el agua, chicha o leche. La forma original de este vegetal determinaba su uso.

Los mates de este material tuvieron tres formas básicas:

o Esféricos o achatados sin asa, llamados de galleta.
o Esféricos o achatados con asa, llamados de galleta con asa.
o Alargados u ovoides, también conocidos como poros. Fueron más usados en Argentina.

Para convertir la calabaza en mate se le abría una boca para introducir la yerba, la bombilla y el agua. Su forma original determinaba el corte: si era chata, se hacía por el costado; si era larga se hacía en la parte superior.

En el Chile colonial y republicano fueron más comunes los mates chatos o de galleta sin asa. En ellos se tomaba mate amargo o sin azúcar. Los recipientes alargados eran preferidos para mates dulces o con leche, pues facilitaban la limpieza.

Las calabazas no podían sostenerse por sí mismas, por lo que se crearon salvillas o mancerinas para sujetarlas.

El peso de la bombilla de plata inutilizaba la boca de la calabaza en el corto tiempo. Para hacerla más resistente se comenzó a proteger su orilla con plata.

Nació así el mate de calabaza y plata. La primera aportaba la forma original, mientras que la segunda agregaba resistencia, higiene, solemnidad, estilo y estabilidad.

Mate 8, detalle
Mate 1
Mate 1, vista lateral
Mate 1, detalle
Mate 2
Mate 2, vista lateral
Mate 3
Mate 3, vista lateral
Mate 4
Mate 4, vista superior
Mate 4, detalle
Mate 5
Mate 5, vista superior
Mate 6
Mate 6, vista 2
Mate 6, detalle
Mate 6, detalle 2
Mate 7
Mate 7, vista 2
Mate 8
Mate 8, vista 2